Hizo de todo, bicicletas, rabonas, taquitos, golazos y sobre todo, grandes jugadas. Es el Diego, aquel que nos dió una copa del mundo (casi nos da otra más) aquel que de chiquito jugaba en Cebollitas, aquel que se inició en Argentinos, prosperó en Boca, la rompió en el Barsa, se consagró en el Nápoli (donde le hizo ganar sus únicos scudettos), se cayó en el Sevilla, jugó unos partidos en Newell's, volvió a Boca y se retiró. Ese mismo que debutó a los 16 años, que nació un 30 de Octubre del '60, que en la primera pelota que tocó, metió un caño mágico. Gracias Diego, por tu zurda mágica la que hizo que gritáramos goles interminables, por tus goles a los ingleses (inolvidables). Por tu coraje, por ser vos, Diego.
Después de todo esto, quiero citar un comentario de su página.
" Mientras algunos intentan rotularte como la síntesis del ser argentino, vos día a día te encargás de demostrar que sos solamente uno más de estas tierras. Acertás y te equivocás. Decís y te contradecís. Reís y llorás. Hablás y callás. Crecés y envejecés. Nada más lejano a un dios. Nada más cercano a un mortal. Feliz cumpleaños, Diego. Felices 50, Maestro. "
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